Ojo con la grasa: debes consumir de la buena, como aceite de oliva, y la que encuentras en paltas o pescados como el róbalo. Además evita consumir carbohidratos refinados bajos en grasa como el arroz blanco, ya que pueden afectar tus niveles de azúcar.
-Date un gusto, pero cuidado con la cantidad: algunos estudios sostienen que privarte de aquello que tanto te gusta (y que seguramente tiene muchas calorías) a la larga es negativo, porque puedes tener caídas en que los comas en grandes cantidades. Lo que recomiendan es consumir todos los días –o cinco de siete- aquello que anhelas, pero en poca cantidad. Esto ayuda a rebajar la ansiedad por la comida, y a la larga a controlar mejor tu dieta.
-Y otros días haz dieta: un estudio de la Universidad de Illinois sostiene que no es necesario seguir una dieta todos los días, sino que puedes elegir algunos días de la semana para consumir menos calorías. Es decir, un día comes en forma normal, y al otro haces un corte en las calorías. Ojo, no quiere decir que tengas seis días normales y uno hipocalórico, sino que logres un equilibrio entre ambos.
-Debes comer fibra: es decir vegetales y frutas, que te ayudarán a reducir la zona. Lo ideal es consumir 10 gramos diarios. Según un estudio brasileño, las personas que consumen peras bajan más de peso. Esto se debe a que son ricas en pectina, la que reduce el apetito y los niveles de azúcar. La idea es consumir una pera diaria. Las manzanas también son un alimento de similares características.
-Y también consumir líquidos: lo más recomendable es tomar agua, agua mineral o también té verde. Algunos estudios dicen que es mejor reducir la ingesta de bebidas con endulzantes artificiales, ya que incrementan las ansias de consumir azúcar. Una recomendación es agregarle al agua un poco de limón, ya que ayuda a contrarrestar la retención de agua.
-Controla los carbohidratos: la recomendación es reducir la ingesta diaria. Dentro de estos, se aconseja consumir en forma preferencial los granos enteros, como avena o arroz integral, y tener cuidado con los refinados.
-Vivan los productos lácteos: otro estudio sostiene que una dieta rica en proteínas y lácteos ayuda a reducir la grasa del abdomen y generar más músculos. Prueba consumir una tasa de leche descremada en la mañana, aderezar tu ensalada con un yogurth natural, o refrescarte con un smoothie, que combina fruta con leche o yogurth.
-Y no olvides los ejercicios: ninguna rutina de comidas hará que tu abdomen baje y esté más firme. Para eso necesitas ejercicios, y los que más te ayudarán son los aeróbicos. Según un estudio los ejercicios aeróbicos, como spinning, natación o caminar, queman 67% más de calorías que, por ejemplo, los de resistencia. La recomendación es que los realices entre cuatro y cinco días a la semana.
[leanoticias]
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